Ramalazos hace referencia a varios detalles que vamos a disfrutar esta tarde. En primer lugar, al carácter de varias de las piezas: vehementes, brillantes, melancólicas o luminosas, pero siempre sorprendentes. Estas piezas son en algunos casos transcripciones para órgano procedentes de obras que de otro modo no sonarían en un lugar como San Martín de Lesaka, y que funcionan muy bien en el órgano. Otro detalle interesante y curioso se refiere a lo infrecuente de este repertorio en los conciertos de órgano de nuestro entorno. Y por último, un tercer punto de interés consiste en descubrir algunas facetas del órgano Roqués de Lesaka que todavía no han sido puestas de manifiesto, como su capacidad para afrontar con solvencia obras musicales más adecuadas en principio a órganos con mayor cantidad de recursos.

Lo cierto es que el órgano de la iglesia de San Martín de Lesaka, recién restaurado a su configuración anterior al año 1950, es un instrumento que no contiene una cantidad de registros especialmente llamativa, pero por contra estamos ante una combinación tímbrica muy bien pensada y ante una utilización muy inteligente de los recursos musicales. Si a ello, añadimos la calidad de su construcción y de sus detalles artísticos, se nos ofrece la ocasión de ir más allá de lo que inicialmente se puede esperar de un instrumento como este. Como bien puntualiza Óscar Candendo en el documental Oroitzapenak eta birtopaketak, 1893-2023, realizado acerca del órgano de Lesaka y su implantación en la cultura de la comarca, lo más importante en un órgano es la calidad. Cuando esta existe, las posibilidades del instrumento son extensas, incluso mayores que en órganos con más recursos pero de inferior categoría.

El programa de Ramalazos está compuesto por obras de ámbitos culturales diferentes, pero de una misma época: el siglo XX, que tan diverso resultó en cuestiones estéticas, algo que se refleja muy bien en la música que vamos a escuchar.

Viajaremos desde obras musicales encuadradas en el extraordinario clasicismo británico del siglo pasado hasta piezas con un marcado ingrediente exótico y jazzístico, dos corrientes que han aportado al siglo XX personalidad propia. Escucharemos al órgano melodías y armonías que nos resultarán conocidas, aunque interpretadas en otras combinaciones musicales, como el Adagio para cuerdas de Barber, utilizado en obras cinematográficas de referencia o en los homenajes de los atentados de las torres gemelas de New York en 2001. O el número dedicado a Júpiter de la suite The planets, de Gustav Holst, vibrante, arrollador y famoso. Tendremos ocasión de aprender las diferencias entre dos versiones de saxofones, la de alto y la de soprano, y de disfrutar de su extraordinario ensamblaje con los sonidos del órgano. Y contaremos con un momento para visitar la música más cercana a nosotros y también más entrañable en muchos aspectos; música que, en esta ocasión si, está concebida para un contexto estético e incluso social como el del órgano de Lesaka a mediados del siglo pasado.

Esperamos que esta propuesta resulte atractiva y que ayude a abrir otras vías de experimentación para este magnífico instrumento lesakarra, que tanto tiene aún que decir en un contexto tan diferente al que ha conocido en los años de su construcción y desarrollo posterior hasta el momento actual.